martes, febrero 24, 2004

Alegrías sobre las alergias

El cáncer se ha metido a mi casa, sin permiso. Y lo primero que ha hecho es quitarnos el color. Poco a poco, al igual que el ocaso de las tardes, los colores de mi casa se fueron difuminando lentamente, perdiendo su brillo, opacándose cada vez más hasta que todo se volvió gris y plomo. Las sillas, los cuadros, las paredes; todo está en grises.

También las caras han perdido su color rosado y hasta las alegrías dejaron de ser blancas para convrtise en alergías oscuras. El cáncer no tolera los colores vivos ni las sonrisas frescas de color amarillo. Adora, en cambio, los rostros de madera y los hipopótamos de piel oscura.

El cáncer puede haberle quitado vida a los colores, mas no podrá borrar los colores de nuestras vidas. Eso, está claro. No daremos un paso atrás. Seguiremos luchando contra él, con un plumón en mano, coloreando todo a nuestro alrededor.

Entiendes, miserable?