jueves, enero 06, 2005

feliz año

Estábamos dispuestos en este orden: el perro, la puta, el cabro, el periodista, y la ninfo dentro de un auto en el kilómetro 100 de la Panamericana Sur, viajando a las 23 horas y 59 minutos del 31 de diciembre del 2004, sin rumbo fijo. La neblina en la carretera era densa y nosotros afligidos y borrachos veíamos cómo desaparecía nuestro campo visual y apenas si podíamos ver unos pocos metros delate del parabrisas. La velocidad del auto se redujo y todos, cada uno a su manera, hicimos fuerza mental para que todo salga bien.

Las doce dieron y el año nuevo llegó, pero nosotros ni nos saludamos, ni advertimos cuando dieron la doce porque estábamos obsesionados con la autopista y la neblina.


Luego de superado el tramo de la neblina, nuestros corazones volvieron a su sitio, las botellas se volvieron a destapar y el auto siguió rodando hasta que se agotase la gasolina…