martes, febrero 28, 2006

la venganza de los sentidos


¿Qué cosas le pedimos a un cuento para quedarnos entre sus páginas? Mucho: que nos atrape y entretenga, que nos rete, que nos impresione, que nos seduzca. Los cuentos, las novelas, los poemas, son como las personas (es más, yo creo que son personas): te dan ganas de estar a su lado o te invitan a salir corriendo para no verlos más.

Yo, con los cuentos de David, me sentaría a tomar una cerveza con gusto porque me hablan de gente como de la calle, de esas que van en los micros, o ves en el supermercado, a los que les pasan, como debe ser, cosas de literatura: aquí hay una mujer que por amor a su marido se acuesta con el jefe, una secretaria que se hace la estrecha para ceder a casi nada, un sujeto que se pinta una vida exitosa y hermosa cuando sale de casa, que va destiñéndose a medida que el día avanza y la realidad lo atropella; un cuchillero que defiende el honor de su padre y de su damisela, un homosexual;una mujer seducida por una taza de café; y un hombre desdichado por culpa de su inmensa felicidad.

Acompañan estos cuentos y relatos, pequeñas viñetas que han sido escrito algunos con humor y otros con rabia. David Falcón es de los escritores que quieren contar una historia y hacerlo bien: es todo lo que pide un lector, que es bastante.

Javier Arévalo