sábado, mayo 29, 2004

El floro manda

Seguro, más de una vez han visto a una chica muy linda de la mano de un tipo exageradamente feo. Se han preguntado ¿por qué ocurren esos casos? Cómo es posible que a la hora de formar parejas la vida permita semejantes desigualdades? Son combinaciones impensadas, ecuaciones estéticas desequilibradas y hasta cierto punto atentan contra el equilibrio de la naturaleza. Pero son casos que se dan y ocurren con cierta regularidad. Yo tengo una respuesta para el fenómeno: No es el poder del dinero, sino del floro. Las palabras, sin necesidad de nada más (palabras huecas), pueden despertar emociones intensas si son ordenadas como debe ser. "Hay mil formas de decir una cosa, pero sólo una es la correcta", decía el escritor francés Gustave Flaubert, quien inventó el término ‘le just mont‘ o "la palabra exacta" que consistía en descubrir el término preciso para expresar una frase. Los sinónimos no existen,decía Flaubert, son trampas que están ahí para complicar la tarea del escritor que debe encontrar la palabra precisa (entre todas las parecidas) para elaborar una frase magistral.

Esto explica que algunas personas tengan ese don de decir lo que los demás quieren escuchar, tan sólo ordenando con sabiduría las letras del alfabeto, (27 en el caso del idioma español) para elaborar frases que según la conveniencia, puedan hacer feliz o miserable a quien las escuche. Los feos con buen floro pueden enamorar a la chica más linda con los relucientes y vistosos efluvios orales que despide su lengua. Lengua que han de cuidar mucho porque también les permite conseguir muchos favores y vivir sin trabajar, únicamente con el arte de su floro. Los floreros son capaces de lograr que otra persona termine haciendo cosas que no quiere. Hipnotizado por las palabras acicaladas y melodiosas que escucha, la víctima no advierte que lo están utilizando. Y cuando se da cuenta, ya es demasiado tarde: ya prestó dinero o prometió un favor imposible.

Este especímen florero habita generalmente en los países del tercer mundo y desarrolló su talento urgido por la necesidad de alimentarse. Forzado a inventar un discurso conmovedor para conseguir comida gratis y calmar el crujido de sus tripas inactivas, el florero es un hijo de la pobreza. Ahora, si bien el hambre fue el motivo principal para su aparición, los floreros pronto se dieron cuenta que su talento era una gran veta para otros asuntos. Así pues, ampliaron el espectro de su verborrea y ahora se consiguen novias hermosas, reciben favores impensados y parecen alcanzar todo lo que se proponen.

Floro. dícese de la virtuosidad natural o adquirida para untar de belleza y candor las frases convencionales.