miércoles, enero 12, 2005

los músicos de la aldea

Durante ese año nos echamos al abandono experimental. Dormíamos mucho y hacíamos poco. Llevábamos el cabello por los hombros y usábamos aretes. Habíamos terminado el colegio y no queríamos hacer vida universitaria. Nos acostábamos de madrugada y nos levantábamos por la tarde. No íbamos a fiestas. Tampoco conocíamos chicas. Nos entreteníamos observando piedras por mucho tiempo. Podíamos pasar una hora, una mañana, quizá un día entero con los ojos puestos sobre una piedra. Pero también hacíamos canciones y queríamos cambiar el mundo fumando marihuana. Caminamos como nunca: de Norte a Sur y de Este a Oeste. Sí, ese año caminamos demasiado. Pero cuando había que correr corríamos. Corríamos por nuestras vidas. Gastamos zapatillas y acumulamos adrenalina. Cuando veíamos una puerta abierta nos metíamos sin preguntar ni saber adónde nos llevaría. Escuchábamos a los Guns´n Roses y Nirvana. Y creíamos que el mundo era sólo para nosotros…
Autor