jueves, noviembre 10, 2005

Te esperamos, japonés.


Es la primera vez que voy a hablar de política. Y no lo hice antes porque fue una promesa que me hice cuando abrí este weblog. Pero lo voy a hacer por primera y única vez, como una excepción que confirma la regla.

Hace unos días el ex dictador del Perú, Alberto Kenya Fujimori Fujimori fue detenido en Chile y permanece en ese país, preso en una habitación de tres metros por dos, con televisión y baño propio, pero sin teléfono, ni internet.

El arribo de Fujimori a Chile fue un movimiento aventurero, parte de una estrategia que apuntaba con regresar al Perú y postular a las próximas elecciones presidenciales. El gobierno peruano, una vez enterado del nuevo paradero del japonés, notificó a su par chileno sobre la situación del ex presidente e inmediatamente fue detenido en el hotel Marriot, donde se hospedaba.

La policía chilena, notificada de su situación como fugitivo de la justicia peruana, actuó según el manual de procedimientos internacional, capturando al prófugo y esperando los documentos de extradición que le enviará la Justicia Peruana.

Me parece que es absolutamente justo que el prófugo vuelva (ya sea por voluntad propia o tirado de las orejas) al país que gobernó durante 10 años para rendir cuentas con la justicia que lo acusa de 22 delitos, cada uno de ellos con un proceso abierto.

Al igual que la gran mayoría de peruanos, espero que, como pocas veces suele ocurrir, esta vez la justicia haga valer la justicia. Confío en la objetividad y criterio de la justicia chilena para discernir las demandas justas de un país contra las argucias leguleyas de un grupo de poderosos abogados.

Chile está comprometido moralmente con la extradición porque sabe lo que es tener un dictador asesino prófugo por mucho tiempo. Y gracias a la ayuda de la comunidad internacional pudo poner a Pinochet en manos de la justicia chilena para que responda por tantas acusaciones de asesinato y millones de dólares desaparecidos.

Creo que esta vez Fujimori hizo su última jugada. Y los muertos y los agraviados por el régimen más corrupto de la historia peruana se verán vindicados de alguna manera por eso que se llama justicia.

Te estamos esperando, japonés. Tienes mucho qué responder.....